Notas

27.2.10

Otros trabajos del escritor

Julio Cortázar es uno de los escritores más admirados. Mucha información sobre él flota en el aire: que fue antiperonista y que después apoyó la causa cubana; que perteneció al boom de la literatura latinoamericana; que con Rayuela se propuso hacer más incómoda la silla en la que se sentaba el lector. Sin embargo, antes de profesionalizarse como escritor, debió dedicarse a otras labores.
Saladillo, Chivilcoy y Bolívar fueron sus primeros destinos para ejercer su título de profesor. Enseñó Historia, Geografía e Instrucción Cívica. En Chivilcoy se enamoró de Nelly Mabel Martín, una joven más conocida como "Coca". Le entregaba poemas anónimos, que luego confesaría como suyos. También ejerció como traductor. Luego se trasladó a Mendoza para enseñar literatura en la Universidad de Cuyo.

Dedicaba casi todo su tiempo libre a la lectura y a la escritura, sobre todo de cuentos, tarea que comienza "a los 30 o 32 años”. Desde el comienzo predominaba el género fantástico.

Cortázar era un hombre bastante arisco y tantas mudanzas no contribuyeron a que cambiara su postura. Regresó a Buenos Aires, donde continuó como traductor. Su vida de entonces era "solitaria e independiente". Cortázar tenía una "soltería irreductible" y se definía así:

Amigo de muy poca gente, melómano, lector a jornada completa, un burguesito ciego a todo lo que fuera más allá de la esfera estética.

Logró que Jorge Luis Borges incluyera su cuento "Casa Tomada" en la revista Anales de Buenos Aires. Con mucho de autobiográfico, ese relato desnudaba su enfrentamiento con el peronismo. En una entrevista que Soriano le realizó en los '80, declaró que "yo era incapaz de verme en esa época, ni yo ni mi clase, todo el medio que yo frecuentaba". Aunque lejos de reivindicar al peronsimo, en la nota reconocía una "incapacidad para captar el panorama político argentino".

Frecuentó la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, pero sólo para profundizar sus conocimientos del francés y del inglés. Se recibió de traductor público.
Viajó por primera vez a París en 1949. Era el prólogo a su radicación definitiva allí, en 1951, cuando consiguió una beca para estudiar allí. Su autoexilio se cumplía, pero antes se encargó de dejar su primer libro de cuentos: Bestiario. 

En Europa comenzó como distribuidor de libros pero rápidamente consiguió trabajo como traductor. Llegó a la UNESCO. Tradujo a Poe, uno de sus escritores admirados. En 1963 llegó Rayuela y se casó con Aurora Bernárdez. Descubrió la Revolución Cubana. La vida de Cortázar se estaba transformando.

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