Notas

28.3.10

Sin pronóstico: sobre el 24 de marzo



Opinión sobre la marcha del 24. Y luego, algunas notas de color.

Fue un día soleado, al final, el 24 de este año. No recuerdo haber leído sobre el tiempo climático de esta fecha en 1976, aunque nos tentemos a verlo como día gris y anticipado por alguna tormenta en días previos, caldeados y sofocantes. Quizás también como un huracán, como decíamos el martes, impredecible al menos en sus efectos.
El día de sol de este miércoles no nos hizo olvidar este fenómeno, ir a la marcha es una expresión de nuestro firme deseo de recordar siempre a tantos compañeros que han luchado por un mundo mejor, y que por ello, fueron víctimas del terror. Se subió al Estado una dictadura que se jactaba de proteger a la patria de aquellos que luchaban por otra sociedad. Y lo hacía en nombre de los valores "cristianos y occidentales", tal el único camino de la humanidad. Qué loco.
Por tanto, es memoria, justamente, pero es también un acto de permanente búsqueda de la verdad que esconde (en tanto el hecho se desliga de un acto reflexivo) y de una posterior aplicación de la justicia. Estas particulares palabras nuclearon la movilización a la plaza que retomaba esta fecha para, más allá de pensar la historia y sus cruces, tensarla y perfilarla en el presente injusto y hacer determinadas demandas que, desde cierto costado, tienen que ver y apuntan a deshacerse íntegramente de todo el conjunto de "culpables" del malestar actual.
Así, algunos titulares señalaban como deplorable una plaza "dividida", cuando el día ameritaba ser la auténtica unidad del pueblo haciendo memoria. Esto es dejar tela sin cortar, aunque a su vez exprese el lamentable aspecto de la politización argentina.

Empezando desde arriba, se ha denunciado la apropiación del día por parte del Gobierno, cuando salió a la luz el conflicto por la confluencia de diversos actos en un mismo espacio simbólico, sin coordinarse. En términos de gobierno-oposición (útil para esto, quizás binomio recurrente en toda clase de lectura), parece que cada uno actúa en función de su contrario y si la plaza es de todos, que parezca que algunos la quieren más que otros. Este 24 de marzo llegó algo más colorido, quizás el año del bicentenario nos encuentra a todos con el mayor debate de la cosa política en años, cuando la lupa pública era guardada en el cajón de escritorios y hasta ahí, limitándonos a esperar resultados sin anticiparnos con expectativas. 

El gobierno no iba a dejar de llamar a movilizarse a la Plaza, ningún gobierno más o menos capaz dejaría de hacerlo. La presidenta no podría dejar de estar allí, al menos en esta ocasión. Si no hubiese asistido, habría cargado con mayor número de ataques. El acto oficial iba a tener que realizarse, y cualquiera, peronista o no, podía ir sabiendo que escucharía eso del "nac&pop" y de un proyecto de país que no le dejan hacer. Podía verificarlo en la misma plaza, donde reinaba la alegría de las banderas que siguen creyendo expresar el legado de John Sunday Big Pear y Evita, de la juventud por la victoria en una revolución en clave de líder carismático (con algo más de sustento).
Era un acto oficial al que cualquiera podía asistir. Cualquiera podía marchar con las Abuelas y Madres, quizás las figuras más emblemáticas de fuerza y resistencia con el pasar de lentos y dolorosos años. Pero ellas están ya dentro del juego de la política. Por sus entredichos y achaques ideológicos, por la defensa de un poder. El rechazo que han cosechado en la sociedad es por haberse atado firmemente al mismo, con divisiones en su propio seno, otros parientes de desaparecidos que no quieren transar con tal o cual gobierno. Las posturas son respetables, hasta discernir el límite entre aprovechar su lugar y ser utilizadas, al punto inconscientemente.
Cualquiera podía ir simplemente al festival y quedarse escuchando a algún artista de gusto que precisamente fuera convocado. Quizás algunos de los que empezaron movilizándose fuera de la oficialidad, terminaron la tarde viendo a Víctor Heredia con una cervecita caliente y picando garrapiñada.

 
Los que finalmente estuvieron en la Plaza, a un costado, aislados porque "así lo quieren" (el encuentro MVJ, conjunto de partidos de izquierda y organizaciones, independientes, etc.), evitaron la Avenida de Mayo (presumiblemente copada por la celestialidad oficial), rodearon al Obelisco e ingresaron por la Diagonal, hasta llegar a la Catedral. Allí estaba amontonado un sector oficialista compuesto por pancartas de apoyo a Cristina basados en Facebook, el programa de TV "6,7,8" y el anti-TNlismo. Vi algunas peleas e insultos entre los llegados y los hacinados allí, -parecía que de repente yo llegaba con el trotskismo a aguar el apoyo de la clase media reunida por las redes sociales y un proyecto nac&pop-.

Había marchado atravesando las banderas de todos los colores políticos y de toda clase de organizaciones y centros de estudiantes, era uno más yendo ahí y vislumbrando todo el folklore del que somos capaces, me llené de panfletos, aunque ya conociera a muchos de ahí. No les dije nada, pero canté los versos que se escuchaban. Y ya en la Plaza, de repente arribó el escenario móvil, dos largos camiones que pasaron a través del gentío para irradiar el documento "consensuado". Ahí vi el exceso que me colmó. 
Las personas perdían la cordura del respeto y se insultaba y peleaba, por un momento olvidándose del principal motivo de la marcha. Escuché y concuerdo con los reclamos de la movilización no oficial: la impunidad que permitió el engendro de la dictadura sigue resonando hoy en día. No sólo a través de ciertos empresarios, políticos y medios de comunicación, como mencionaron desde arriba. El problema al parecer se arraiga en este tipo de sociedad, que ha sucumbido al imperialismo, y desde ahí, atraviesa a la problemática de la violencia y la corrupción. Desde el fuera yankees de Irak, Latinoamérica, fuera ingleses de Malvinas, pasando por el pago de una deuda externa ilegítima y los conflictos salariales, hasta las consecuentes protestas que son reprimidas y la violencia policial que asesina a los pobres. Todo, hasta el hecho de que tengamos aún hoy casos de desaparecidos, cuyos ejemplos más resonantes son los de Julio López y Luciano Arruga. Estoy de acuerdo con alzar la voz por ello.
 
La oficialidad indica que estos reclamos buscan desviar el eje en la memoria de lo trágico de esos años. Que no es lugar, que para qué concentrarnos en Irak cuando arrastramos rémoras propias más urgentes. No contestan sobre las responsabilidades, igual. Es cierto que esos temas la izquierda puede resurgirlos en toda ocasión. Entiendo que es parte de su bandera, su manera de denunciar a partir de comprender la realidad de una manera que bucea profundo y se basa en leyes históricas. O al menos así espero que sea. Sin embargo, los que están gobernando son grandes culpables. No pueden evitar sentirse aludidos.

 
No dejamos de hacer memoria, pero hay que ejercerla exigiendo que todos las expresiones militaristas actuales y los resabios de la época de la dictadura existentes, se acaben. Y son muchos como para limitarnos a la unión alegre en un camino que nos está iluminado. El festejo de estar vivos debe acompañar la crítica para poder seguir avanzando. El cómo, es la cuestión de tanto espantajo, pero también la que exige que nos escuchemos.


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  • Uno de los micros color "ola amarilla" que pasean extranjeros por la Ciudad de Bs. As. quedó paralizado en medio de la marcha sobre la Diagonal Norte. Descapotable, desde el vehículo algunos turistas miraban todo con asombro, otros aprovechaban y sacaban fotos. Hice lo mismo, pensando si los responsables de este microcurro de la era macri desconocían plenamente de la realización de la movilización, o aún con ella, fue un intento más de meter a los ciudadanos del exterior en el calor de esta, la ciudad más europea de América. En fin.
  • En este sentido, los carteles amarillos en la vía pública del gobierno de la ciudad, con un NUNCA MÁS que lo componía casi en su totalidad. No podía faltar, con varios cómplices por ahí en funciones dando vuelta y con nombramientos dudosos cada dos por tres.
  • Algunas organizaciones o partidos del encuentro iban dotadas de palos, usados por sus seguidores para la pronta defensa frente al anticipo de algún que otro desbande violento... mientras no ocurriera nada, servían de separadores de las filas: con ellos limitaban su rectángulo de movilización e impedían que alguien ajeno marchara con ellos, aunque fuera de la misma fuerza.
  • Los gritos de apoyo a Cristina: "Cristina, Cristina!!!", o "6, 7, 8!!!", en la Plaza, lindando la Catedral. Por ahí se vislumbró el cartel de un jóven del PTS: "Ni canal 7, ni TN, vea TVPTS.tv". La tercera vía!!!

23.3.10

Efemérides. Día Meteorológico Mundial



Un día como hoy, 23 de marzo de 1950. Hace exactamente 60 años se crea la Organización Meteorológica Mundial, OMM dependiente de las entonces nuevas Naciones Unidas.
Este organismo tiene sus antecedentes en el primer Congreso Meteorológico Mundial celebrado en Viena en 1873 y en la posterior creación de la Organización Meteorológica Internacional, primer intento en la historia de crear una red de observaciones meteorológicas continuas y una base de datos global. La importancia de la ciencia meteorológica se ve incrementada a comienzos del siglo XX con el surgimiento de la aviación, la agricultura mecanizada, la extensión del uso del automóvil, y por qué ocultarlo, la gran expansión de las guerras (recordemos que el desembarco aliado en Normandía se había pospuesto por mal tiempo).
En aquel escenario era imprescindible refinar los mecanismos de predicción del tiempo y del clima. Con lo cual las tecnologías tanto de medición como de predicción se volvieron más precisas, rápidas y confiables (globos atmosféricos, boyas en alta mar, registro computarizado, modelos de simulación, observación satelital, etc.)
En el mundo de hoy, pocos discutirían las enormes implicancias que tiene la predicción del tiempo, todavía lejos de ser perfecta, para la sociedad y sus diversas actividades. Por ejemplo, malas condiciones de tiempo pueden hacer que se cancelen vuelos, se corten rutas, se suspenda la actividad portuaria o se arruinen unas vacaciones.
Ni que hablar de los eventos extremos, huracanes, tornados, grandes tormentas, con todas las consecuencias materiales y humanas que todos conocemos. En estos casos, la predicción es fundamental para implemetar los sistemas de alerta y prevención de catástrofes, como así también la construcción de infraestructura adecuada a fin de aliviar los daños que estos eventos pueden generar.
Curiosamente, un día como hoy, pero de 1976 se avecinaba un evento extremo parecido a un huracán. Sólo que pocos lo pudieron predecir y mucho menos, combatir. Sus consecuencias fueron infinitamente superiores a las de cualquier otro huracán conocido y las estamos pagando hasta el día de hoy. Mañana sabremos si un día de sol nos hará olvidar aquel huracán o, por el contrario, activar un sistema de alerta que nos mantenga preparados para hacer que la destrucción del país acaecida hace 34 años no se repita...nunca más.


21.3.10

¿Qué hiciste este verano?

Este verano empezó movidito. Le temimos al calor y al cemento, duo infernal. A la poderosa Catalunya, plagada de españoles, y a la separatista Lezama. A chocar en la 65 y a que la Selección chocara por culpa de Bilardo y su complot.
Rezamos para que los Patronelli llegaran al final del Dakar sudamericano y ellos nos regalaron una victoria nacional y popular. La lluvia amenazó pero no pudo con las exitosas vacaciones en la costa atlántica. La lluvia hizo estragos en Puente Pacífico y la tercera vez fue la vencida: las cámaras llegaron antes que las primeras gotas. Le agradecimos a los bomberos por su semirrígido.
Le tuvimos miedo a la locura de Eduardo Vázquez y de La Hiena Barrios y al travesti que quiso adoptar dos hijos. Apoyamos a la jueza María José Sarmiento en su cruzada contra el pago de la deuda con reservas mientras el juez Thomas Griesa esperaba en Nueva York con el dedo encima de la tecla Enter.
Sufrimos por el terremoto en Haití y juntamos dinero para su reconstrucción. Sufrimos por el terremoto en Chile. Nos olvidamos de Haití. Cantamos y bailamos por nuestros hermanos trasandinos.
Lloramos por Sandro y prometimos no volver a tocar el cigarrillo.
Nos indignamos con la compra de dos millones de dólares de Néstor Kirchner y con la moda hotelera en el seno del gobierno. Temblamos cuando vimos a Moreno y nos sacaron canas verdes los manejos dentro del Indec.
Volvimos a rezar cuando Kirchner se internó por la carótida. Todo salió bien.

Disfrutamos con los goles de exportación de Messi pero la Selección doméstica sudó para ganarle a Jamaica, que jugó con un mediocampista universitario.
Desconfiamos del equipo de Copa Davis (a Suecia, allá y sobre hielo, no le ganamos) pero, por suerte, voló Nalbandian y "se vistió de héroe".
Escuchamos que a la Presidente Cristina Fernández "mesura" le suena a "censura" (nos regocijamos con 678).
Vimos en Cobos el espíritu de De la Rua y acusamos a la UCR de golpista. Nos enfurecimos con el pacto Menem-Kirchner, con la judicialización de la política y con su hermana.
Rivalizamos con "La cinta blanca". Francella nos dejó con las ganas de un "a comerlaaaa". La Presidente nos recomendó merluza y no carne, que está tan cara.
Nos desayunamos con la ida de Basile y de Bianchi. Nos enteramos que Boca volvió a ser un cabaret, que Ortega "recayó" y que Palermo no era intocable (no se metan con Martín).
Los ingleses nos volvieron a demostrar que tendrán cara de giles pero no son ningunos pescados y quieren extraer petróleo en la zona de Malvinas. Preguntamos para qué sirve un submarino atómico.
Aplaudimos el diálogo de las democráticas fuerzas políticas chilenas, tan distintas a los piqueteros que cortan la 9 de Julio. Envidiamos a los trapitos, que se hicieron el mes con el recital de Metallica.
Nos asustamos con Luis Alberto Sarmiento, el "mago de la picana". Ya no.

19.3.10

La base destruida, el edificio por caer (I)


Tocamos un poco estos temas delicados que se nos acercan y sobre los cuales se reflexiona una y otra vez, ejerciendo la memoria, no postrera, lo menos trágica posible, buscando la justicia que vislumbre un futuro sin desigualdad. La lucha.

Desmantelamiento de la industria nacional, difuminación de las bases de trabajadores. Las estructuras colapsadas y arrinconadas, no agrupadas por su propia iniciativa. El ataque desde la oficialidad, desmembramiento de la organización de los trabajadores y la iniciativa liberal económica. El discurso dirigido a esconder la basura bajo la alfombra, la tranquilidad de los que debían moverse sin saber nada, o simulándolo. Las puertas abiertas a los negociados, cerradas a las necesidades. Nuevamente, el corto plazo a la hora, presente. Brazos abiertos y ojos iluminados ante los productos importados, ¡bienvenida la gran góndola con la cantidad de productos para el ciudadano derecho! Si empezamos por la producción local aniquilada, el otro miembro, el consumo debía estar a los gritos. O por lo menos acumulaba las lágrimas: las consecuencias se viven hasta hoy.

(de acuerdo al video, en efecto: a la silla -"made in aryentina", industria nacional-, se le trocearon las patas)

15.3.10

El tiro por la culata



"La prensa entera repite la misma lección en todos los tonos. Columnas enteras se consagran a las discusiones parlamentarias, a las intrigas de los políticos; apenas si se advierte la inmensa vida cotidiana de una nación en algunas líneas que tratan de un asunto económico, a propósito de una ley, o en la sección de noticias o en la de sucesos del días. Y cuando se leen esos periódicos, en lo que menos se piensa es en el inmenso número de seres humanos que nacen y mueren, trabajan y consumen, conocen los dolores, piensan y crean, más allá de esos personajes molestos, a quienes se glorifica hasta el punto de que sus sombras, agrandadas por nuestra ignorancia, cubren y ocultan la humanidad. (...)"
Piotr Kropotkin, "La conquista del pan" (1895), Bs As,
Libros de Anarres 2005.

Amenazaba con colgar acá arriba la fotito de algunos personajes de nuestra salsa política, pero la verdad que, en lo personal, prefiero dejarla pasar. Si alguno de ustedes la desea, pueden acudir a google o a este link, que me motivó a darle lugar. De ahí podrán extraer cientos, toneladas de instantáneas de estos sujetos, a los que regodeamos en la arena, con los leones blancos y las gentes clamando por sangre, pulgares abajo, índices y medios formando letras, puños cerrados gritando vivas. Como monos.
El kirchnerismo, según afirmó, "va arrastrando a dirigentes muy débiles, a aceptar con la cabeza baja las imposiciones que el estado le ordena", por lo que insistió en que se propone "echar con votos al matrimonio presidencial". Y desafió: "En mi provincia no tenga dudas que lo voy a lograr".

Según Duhalde, el proyecto que lidera Néstor Kirchner, es "un proyecto enfermo", porque consideró que el marido de la presidenta "es un adicto al poder y al dinero, y los enfermos tienen ese tipo de actitudes".
Y el dinero, el sacrosanto papel ese que describía Franquito, ¿no ayuda a regularlo todo? Claro, porque es realmente por poder e inmensidad que un país extiende sus colonias, es realmente gracias al esfuerzo que cada uno de esos rosqueros de la provincia rinden cuentas a sus gobernados. "Yo Presidente" (2006) los mostraba en algunos espacios íntimos a estos personajes a los que tanto damos cabida. Se espera que cambien de opiniones, y que sus planes tomen rumbos muy diferentes. De otra manera no aparecen en escena, siempre alguien debe ocupar las primeras planas. ¿Cuál es la enfermedad, si el que habla vuelve a presentarse como candidateable? Y la provincia es un mapa en que cada puntero tiene su caja y cada agente su rosca. Y sus clientes. Mmm, muchas cosas que pensar, mucho para desentrañar, claro que así nos pasan por arriba y de vuelta los estamos observando.

Arranca nuevamente la rutina, como decía Adru más abajo, se entra en la nebulosa del estudio y las marejadas del mundillo académico y los tira-tira de las jugadas políticas, en un año significativo para nuestra historia. De a poco vuelvo a leer más sobre estos temas, trata uno de no perderse en los ríos de tinta y bits que describen cómo se lleva a cabo ese juego entre buenos y malos -siempre son uno u otro, casilleros vacíos, estuches de contenido-.

Bombardeado por las acusaciones y presentaciones ideológicas, uno igual intenta participar en la batalla. Pero a todos lados que uno mira, las puertas parecen cerradas. ¿Es nacional y popular? ¿Es alguna clase de izquierda? ¿o sólo porque la derecha conservadora asume una contra? ¿La opinión del vecino de clase media, realmente vale, o hay que acordarse siempre de los reclamos de los que están bien abajo? ¿Hay un proyecto, realmente, o es un brusco enfrentamiento, con salidas de pliegos y documentos para mantenerse allí? ¿Realmente los intereses económicos de los grandes grupos están fuera de contemplación y se está extrayendo lo mejor de nuestras propias fuerzas?

La derecha ha obtenido lugares implantando un discurso que hace pie en mejoras de corto plazo, en seguridad mediante tanques y vigilancia, en arreglos que sólo los ojos aprueben. Ante cada asalto al largo plazo, sea un nombramiento, sea un proyecto que sale a la luz, ha obtenido negativas. En esta maldita ciudad, es una manera de gobernar, como si fuera un local, algo de lo que nosotros debemos asentir: han hecho esto, han hecho aquéllo: tienen que felicitarnos. No es, hicimos lo que usted esperaba con sus impuestos, vecino que los paga, es, "vio? hacemos las cosas, aunque no nos conozca, ni pueda participar. Sepa que podría participar, pero nosotros somos su concesión."
Todo el arco de la izquierda, todas sus gamas, enfrentándose a la misma injusticia y pidiendo por una auténtica solución humana, ¿podrá algún día luchar por ese fin tan noble, por no más desigualdad? Un mundo mejor, esa es la lucha. Luchar, anti-aparatear, confluir. Si suena cursi, no me interesa: que se sepa la cantidad de idioteces en que caen cuando pierden la perspectiva, cuando se llenan la boca.

Preguntas, muchas; respuestas, muchísimas y que se van por las ramas. Entramos en la jungla nuevamente, en un terreno de sinsabores, insultos y bajezas, más allá de las delicadas plumas que nos "informan" y nos hacen "pensar". Nos mantendremos alertas, aunque trataré de no amargarme demasiado, ni a ustedes.

13.3.10

El caballero y el cartonero

Cierto atardecer en que debía huir de mi lugar de trabajo a tomar clases de percusión con mis amigos, pasé con mi amada bici por la calle Boyacá.

Aquí pasó lo siguiente. Un elegante carruaje tirado por un caballo blanco impecable cuyo jinete era un caballero de martingala y galera, esperaba a una feliz pareja de recién casados salir de su departamento para dar un paseito.
En ese momento pasaba un cartonero de cierta edad tirando su carro en sentido contrario, en cierta forma, también dando un "paseito" sólo que más interminable que el anterior.
En ese instante, el hombre pobre dice: "Qué bien que me vendría ese animal".

Yo seguí dando mi paseito en la bici, en cierta forma, pensando lo mismo que el cartonero.

Jugando con las palabras

Encuentre el "error". Es burdo pero, si no aparece, seleccione el espacio señalado abajo.
<
..."dura denuncia". >

12.3.10

Gaseosas mundialistas

Coca Cola y Pepsi han lanzado sus publicidades sobre el Mundial 2010. Las dos marcas acentúan sus respectivos perfiles, elaborados con los años.
Coca es conocida como la gaseosa de la familia. Sus spots más esperados son los de Navidad, cita familiar por excelencia. Con ella, la mesa se viste de felicidad y armonía. En las vísperas de Alemania 2006, su lema fue "We all speak football". La gran familia era la humanidad y el fútbol era el lenguaje común. El relato, la música del fútbol, unía a todo el mundo, sin importar género o nacionalidad. El resultado era un momento coronado por la alegría universal.
En su nueva edición, reaparece el motivo de la familia global. Roger Milla, camerunés y primer africano en brillar en una selección de su continente, es el inaugurador de un clásico: el festejo-baile. El ex futbolista le pone una pizca africana al deporte creado y transmitido por los ingleses (curioso: del mismo modo, Coca Cola se expande junto a la economía norteamericana). Milla enseñó el baile y todos lo disfrutan.



Pepsi, en cambio, siempre apuntó a los más jóvenes. Los ganchos fueron el rock en los '90, el pop en 2000. A la música se le agregó el fútbol. El nuevo comercial es similar al de los últimos mundiales: las máximas estrellas son protagonistas. El prestigio de los futbolistas y el de la marca van de la mano.
En 2002, David Beckham, Rui Costa, Juan Sebastián Verón y Roberto Carlos fueron algunos de los que disputaron un partido contra luchadores de sumo. En 2006, al inglés y al brasileño se le sumaron Hernán Crespo, Raúl, Fernando Torres, Thierry Henry, Frank Lampard y Ronaldinho. Se trata de un encuentro en una típica fiesta alemana (pero donde los chops están llenos de Pepsi, claro).
Ahora se repiten varios nombres, pero las grandes estrellas son Kaká y Lionel Messi. La escena puede recordar a la colonización de América o al control europeo sobre África: "nosotros les traemos la civilización, esperamos algo a cambio". El nexo entre los "europeos" Kaká, Messi e Iker Casillas son Thierry Henry y Didier Drogba, con ascendencia negra uno, marfileño el otro. Los jugadores, vestidos con motivos africanos, disputan un partido contra chicos del lugar. Se encuentran en el medio de la sabana y juegan como si estuvieran bailando. Al final, las estrellas les dan las camisetas a los jóvenes mientras ellos los admiran y les pintan la piel.
Ambas gaseosas acompañan la alegría. Hay un indudable aroma etnocentrista en ellas: la civilización (el fútbol y Pepsi o Coca) es transmitida por los occidentales. Los africanos responden con afecto y regalando su cultura (lo que el europeo cree que es la cultura africana, en realidad) o incorporando un poco de ella en la naturaleza del fútbol. Y siempre hay una botella o una lata para celebrar, todos juntos.



Logorama (2009)

Aquí y sólo hasta que sea bajado de un hondazo, Logorama, ganador del premio al mejor corto en los Oscar.
Dirección: François Alaux, Herve de Crecy y Ludovic Houplain
Año 2009




8.3.10

Un latoso en el pullman (I)

He aquí algunas reflexiones sobre los viajes en ferrocarril en nuestra vida. Si son nuestros, cómo nos juegan en contra: la primera cuestión de esta serie de notas.

foto: sateliteferroviario.com.ar

It takes a lot to laugh, it takes a train to cry

El traqueteo, los paisajes por la ventanilla, pensar en que los rieles están ahí abajo soportando el peso, sobre nuestra tierra. Golpeaba con los nudillos los bordes de las puertas y comprobaba el estado de los vagones. Deplorable estado, estado... el Estado! Sí, el meollo de la cuestión a tan poca distancia. A tan solo un paso, de entrar en las estaciones y ver las caras del resto, de subirse a viajar. En el mismo suelo que pisás.
(Destino: por ahora, el sur de la provincia de Buenos Aires. Las zonas de sierras, y más abajo, donde empiezan a sentirse los vientos fuertes que desvían los chumbazos en los potreros. Aunque no tanto.)
Me enteraba de algunas notas de color mientras preparaba el recorrido a Bahía Blanca. Las perspectivas de un viaje aumentan cuando se lo toma a veces como un desafío, como una forma de aguante. Noto eso en las cosas públicas descuidadas que se nos presentan como opciones para la vida, y las tomamos o las dejamos, y al tomarlas, les sacamos el brillo del esfuerzo. (El esfuerzo de estudiar en la UBA, por ejemplo, como una aventura burocrática y política, a la que también el tren conecta. Ese raro aguante de ser "gente de la UBA", como reza un orgulloso grupo en el "caralibro", más allá de estudiar). El transporte público, o lo que se le parece, el viaje como ganado, como forma de tener que explicarnos el esfuerzo de esta vida loca, loca. La cosa pública como expresión de un sin fin de vueltas por edificios de ministerios y papeleos para hacernos visibles, para que se nos vea la forma humana y se nos llame sujetos (en efecto, sujetos a tantas cosas). ¡Un objeto como el tren, creación histórica, cúmulo de saberes, que debe servir al fin de mejorarnos la vida, queridos sujetos humanos!
Optar por el tren cuando tu destino es el relajo (despejarse), y no que te espere algo (trabajo, conocidos), hace que la aventura del hombre tome otro tinte. El precio del pasaje, en comparación a un micro de larga distancia, es buen punto. Ok. Y bueno, también cierta mística que atribuyo a las locomotoras y chatas... quizás por jugar de niño sobre las vías, por ver los trenes desde los puentes de Caballito, porque te hayan afanado en uno de ellos, por las imagenes de la pantalla, por las canciones y los relatos que transcurren en ellos. Dejando atrás estas variables personales, lo de aventura surge cuando esa opción te la presentan con algún tipo de riesgo moderno, la peligrosidad de un viaje cuando las cosas no ocurren con la tranquilidad idealizada.

Y ahí puede que te olvides de los desastres que se hicieron en su administración, si uno se pone serio. Por eso, esa emoción o aventura está muy bien, pero bancarse un mal transporte no debe dejar más que bronca y nada de conformidad. No quiero oir de ese "me la banco y voy en tren", a secas. Solamente cuando es una opción y porque tal vez vivir la experiencia sea la única forma de comprender lo que pasa y lo que sienten otros. La repetición incesante de esas situaciones, de atravesar la vida sufriendo logra a veces que se torne natural tanto esfuerzo y eso construye formas de reconocerse y hacerse notar, aunque suene raro. Cuando alguien está jodido porque vive en tal barrio jodido y lo asume y cree que en la vida nada hay tan difícil como lo que está acostumbrado. Si se queja y lucha, está en carrera: bien. Aunque sucede que los años y años de tanto descuido nos dejan aletargados y acostumbrados a la mediocridad. Y a algunos eso los hace más machos, creen. Y lo que no creen es que pueda cambiar alguna vez y puedan disfrutar de un buen viaje. Escabroso objetivo que se ha logrado en este país, por parte de los poderosos, los que controlan a todos, y por parte de estos últimos, discurseados de que un grupo de personas cuyas mentes dictan "obtener ganancias" puedan pensar en mejorar la vida de todo un pueblo. Racionalidad formal, mentalidad empresarial, le llaman. Pfff.


(continuará)

6.3.10

Clima mundialista (I)

Está por irse el verano y los días se acortan. En la tele, la radio y los diarios, reinan los cruces oficialismo-oposición, el terremoto en Chile (pasó de moda Haití, como todo, viste vos...) y la inseguridad (con todas las comilllas del caso). Dentro de 96 días, no habrá más lugar ni para los 30 grados ni para esas noticias. Junto con el frío habrá llegado el Mundial de Sudáfrica.
Hoy vacaciones, mañana facultad. Los parciales se prepararán en un campo minado de partidos. no importa que tu corazón no esté involucrado. Argentina-Nigeria, Brasil-Portugal, Suiza-Honduras o Nueva Zelanda-Eslovaquia: cualquier motivo es suficiente para dedicarle un par de minutos a la tele.
Las personas se dividirán en dos grupos: los "locos mundialistas" y los "gordos anteojudos fracasados". Los primeros sabrán el historial de Francia-Uruguay (aunque, en realidad, no les interese) y los otros, con una postura intelectualoide o con pura indiferencia, ganarán minutos en pantalla.
Pero grossos-grossos serán los 50 días anteriores a la cita mundialista. "Todas las tapitas traen premios", repetirán las gaseosas, mientras que las pinturerías o las casas de electrodomésticos prometerán que "si Argentina gana el Mundial, te devolvemos la mitad del dinero". Todos tendremos un conocido con un televisor LCD nuevo para ver a Argentina y entonces el uruguayo Tabaré Cardozo podrá agregar un verso a su "Todo el mundo tiene".
Maradona será dios o el diablo. Messi se revelará como una mentira de la prensa (ahora que la prensa manipula tanto) o se afirmará como el sucesor ¿Don Jorge volverá a ser acusado de explotador de su hijo, a cargo de vender autos y yoghurt?
Sólo pido dos cosas: que haya figuritas y, por favor, que el Loco Gatti se quede en España.


3.3.10

Argentina-Alemania: algunos comentarios

En lo que sólo fue una prueba, Argentina venció 1 a 0 a Alemania (gol de Gonzalo Higuaín) en Munich. La Selección tuvo un nivel como el demostrado ante Francia. Demostró buen juego durante algunos minutos del primer tiempo y en el segundo se replegó demasiado.
La victoria vale pero hay que tener en cuenta que los europeos tomaron el encuentro como un ensayo. Los únicos con cierta historia en esa selección fueron Michael Ballack, Bastian Schweinsteiger, Philip Lahm, Per Mertesacker, Miroslav Klose, Lucas Podolski y Mario Gómez. En Argentina, los únicos "desconocidos" fueron Clemente Rodríguez, Mario Bolatti, Gonzalo Higuaín y Nicolás Otamendi (y hasta ahí).

Seis comentarios sobre el partido:

1.- A la hora de elegir títulos llamativos, Olé no tiene límite ("¿Riquelme de 4?").
2.- "Los chicos no ganan campeonatos". No creo que esa frase hecha sea cierta pero, después de ver a Juan Sebastián Verón y a Michael Ballack, me entran algunas dudas. En el caso de Argentina, que el "demonio de Corea-Japón" sea el patrón del equipo debe decir algo. En Alemania, aun sin estar en gran nivel, Ballack es lo más clarito.
3.- El cerebro de Argentina es un triángulo formado por los defensores centrales y Javier Mascherano. Esa es la base. Lo que falta es la rebeldía y la improvisación que pueden aportar Lionel Messi, Ángel Di María y el 9 de turno.
4.- El gol de Higuaín es un reflejo de aquel partido contra Brasil en Rosario. Ser ofensivo no significa acumular ocho futbolistas cerca del área rival. De contraataque, con el arco de frente y con más velocidad los atacantes tienen pocos problemas para superar a los toscos defensores y acercarse al arco.
5.- Ahora que Clemente Rodríguez fue probado (y con éxito) en el lateral izquierdo, ¿va a volver Gabriel Heinze?
6.- A pesar de no gustarme el juego y el planteo de Maradona, estoy a la espera de algo: ¿cuál va a ser el primer panqueque? Cuando la Selección pierde, es fácil subirse al carro de las críticas. Cuando la Selección gana, es fácil cambiarse.

1.3.10

Epifanía de la heliofanía

Soy un ser de cierto tipo que no sé. Nacido del seno de otro ser en una agrupación de millones de otros seres que llamamos “ciudad”. Para mantener mi existencia necesito meter a mi cuerpo cosas que producen otros seres, para lograr eso, en la ciudad se necesitan una cantidad de papeles que se los tengo que dar a otro ser para que me dé esa sustancia vital que llamamos “comida”. Para producir esa comida, algunos seres tienen que trabajar a cambio de esos papeles que no sólo te dan comida, sino refugio, agua, conocimiento, ropa (unas cosas que nos ponemos encima para no pasar frío, porque desde hace milenios hemos perdido pelo y grasa corporal, y también por pudor, no podemos mostrar nuestro cuerpo a todo el mundo, nos da vergüenza o bien a los otros les da asco) y todo lo necesario para reproducir la existencia, al menos física. Aunque también, por algo llamado “cultura” hay otros bienes que van más allá de mantener nuestra existencia y se supone que se consiguen cuando la existencia está asegurada, como adornos, un medio de transporte (para ir de un lugar a otro más rápido que yendo a pie), teléfonos (para hablar a distancia con otro ser), computadoras (son muy complejas, es complicado describir qué es lo que hacen). Algunas de estas cosas fueron inventadas hace menos de 50 años. O sea que lo que llamamos “humanidad” pudo sobrevivir perfectamente sin ellas anteriormente.

Algunos humanos viven en la ciudad y otros en el campo. Algunos están sanos y otros enfermos. Algunos hacen música y otros no. Algunos creen en dios y otros no. Algunos saben arreglar cosas manualmente, otros tienen que pagarle (con esos papeles) a alguien que sepa. Algunos conocen bien el planeta y a otros no les importa. Algunos se casan y otros no. Algunos viajan mucho y otros no, o bien porque no pueden o bien porque no les importa. Algunos tienen sus sentidos y capacidades perfectamente desarrolladas y otros tienen alguna deficiencia física o mental. Algunos son de los trópicos y otros de latitudes más frías; unos pescan en el mar y otros cazan en la selva; estos riegan sus cultivos y aquellos poseen un pedazo de tierra del cual sacan renta (papeles) sin siquiera pisar esa tierra. A estos se les muere el ganado con una sequía y estos otros se quedan sin casa por una inundación. Algunos no saben nada de todo esto porque no salen de las ciudades, mientras otros no conocen cines, ni teatros, ni computadoras, ni saben leer.

Algunos están en el medio, viven en pueblos y conocen alguna ciudad y también el campo.

Algunos son ricos, otros muchos son pobres. Algunos piensan que el mundo va bien así como está, otros que no. Algunos participan en política y otros no. Algunos son reyes y otros presidentes. Hay quienes mandan y quienes son mandados.

Había una vez en que no existía nada de esto. Quién sabe si hoy tenemos más que entonces.
 
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